Los hechos más terribles y el mayor desamparo
ocurren siempre en silencio:
un amor que termina y en otro tiempo estuvo
tan lleno de palabras dulces y apasionadas;
la traición insondable de un amigo;
la propia decepción de lo que somos,
de nuestras ilusiones y quimeras;
el miedo atenazando el corazón de un niño
o el frío ensimismado de los huesos de un viejo;
la muerte --que no importa-- de los que a solas mueren.
En estos y otros casos puede haber
gritos desgarradores que nieguen el silencio
en aquellos que sufren,
mas son gritos inútiles que al silencio equivalen,
porque nadie los oye.
Poema: Eloy Sánchez Rosillo
Fotografía: Manuel Couceiro
Felicidades, buena suerte, y larga vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Angela
Gracias, Ángela :-)
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