UN EJEMPLO
A Laia
La felicidad ocurre cuando
detenemos el tiempo, o mejor
le damos esquinazo, o aún mejor
descubrimos su impostura. Por eso nos buscamos
afanosos en una noche cualquiera, y nos decimos
el conjuro de las palabras sucias
que nunca traspasarán la puerta
de nuestra habitación. Porque también nosotros
como todos
somos otros
entre las cuatro paredes donde
la vida se desnuda...
Y es cierto que la felicidad no se puede explicar.
Pero sí podemos poner ejemplos.
Y en éste, amor, estamos de acuerdo los dos.
Fotografía de Héctor Zampaglione
Sí, gracias, porque me voy a poner a poner ejemplos. Es verdad: No se puede explicar... mejor.
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